De un tiempo a esta parte, el sello Kalma Records ha ido diversificando su propuesta musical, abriéndose a nuevos artistas tanto nacionales como internacionales, y abarcando una mayor diversidad de géneros: desde la electrónica variada hasta el jazz, pasando por el funk o el postrock. Es una apuesta por la variedad que conlleva, como aspecto positivo, la capacidad de sorprender a sus seguidores con propuestas inesperadas y cambios radicales de estilo de un lanzamiento al siguiente.

Publicado después de un álbum de remixes (The Fowler Remixes, de Khnoom) y antes de un EP de electrónica upbeat (Roll up, de Lastckall), se coló en el catálogo de Kalma Emptiness, una pequeña joya a medio camino entre el lounge, la electrónica minimalista y la música clásica. Su autor, el ruso Igores Tamborista, tuvo su primer contacto con la música a través del clasicismo académico, interesándose por el piano y dejándose influir directamente por los más grandes, Beethoven y Schubert incluidos. Después vendrían los estudios de producción musical en la Escuela de Música Electrónica de Rusia. Si bien su anterior trabajo, Afterglow (2014), había estado más orientado hacia la vertiente electrónica, en Emptiness es su formación clásica la que predomina.

A través del piano, a veces exclusivamente ('One day', 'Selling soul') y a veces envuelto en una mínima atmósfera electrónica ('Emptiness'), Tamborista elabora melodías intimistas cargadas de romanticismo. La música del ruso está ajena a cualquier influencia urbanita que Moscú pudiera haber ejercido. Como su propio título indica, Emptiness parece haber surgido dentro de un vacío conceptual en el que ni siquiera existe el tiempo, o en todo caso este se ha detenido y sólo es posible la mirada hacia el pasado. Esto explicaría la profunda melancolía que portan estas composiciones.

Igores Tamborista no es el único artista de Europa del Este en la nómina de Kalma Records: ahí están el también ruso Khnoom o Dam Ian desde Polonia. Con sus particulares universos musicales, cada uno de ellos es una oportunidad de ampliar el mapa musical hacia territorios muchas veces desconocidos, y trabajos como Emptiness se encargan de despejar ideas preconcebidas sobre la música que puede llegar desde más allá del viejo telón.