Parece que algunos lugares del mundo inspiran una clase de música más fácilmente que otros, y está fuera de toda duda que los países escandinavos son cuna de un tipo de música ambient fácilmente reconocible y apreciado. Quizá es por el aislamiento, el agua helada, la falta de luz diurna, la nieve en los árboles... quién sabe. La innegable verdad es que muchas obras maestras de este género nacieron cerca del Círculo Polar Ártico.

Petter Friberg, el hombre detrás del proyecto Motionfield, es un músico y productor sueco que encuentra la inspiración para sus temas en la oscuridad, la nieve y la naturaleza fría de su país. The sound of snow, su álbum de 2010, fue publicado por la netlabel Fuselab y cuenta con un material gráfico para la cubierta de Maxim Kiritchenko y Evgeny Shchukin. Dividido en diez partes sin títulos, es un excelente ejemplo de ese ambient del norte: capas de sintetizador en barrido, sombrías estructuras rítmicas y melodías minimalistas en una mezcla con ecos y efectos goteando aquí y allí.

'Part 1' es como una puerta abriéndose: un sonido silbante en el fondo nos está diciendo que estamos en el exterior, dando vueltas sin protección contra el frío viento. Los temas no están unidos entre sí, pero el estado de ánimo fluye inalterado a lo largo de todo el álbum. 'Part 2' es un adagio para cuerdas y pads profundos, lleno de melancolía y soledad. Ni siquiera cuando el ritmo sube un poco, como en las 'Part 3' o 'Part 7', The sound of snow llega a ser el sonido de un día soleado de invierno.

El paseo continúa mientras la música de Motionfield conjura imágenes de bosques nevados al atardecer, o carreteras heladas hacia ninguna parte, brillando tímidamente al amanecer. Lo que tienen todos los temas en común es que parece no haber nadie a la vista: hay una sensación generalizada de vacío cubriéndolo todo. Cada tema, incluso los sonidos de violín de la 'Part 6', parecen venir directamente de la propia naturaleza, como si no hubiese necesidad de intervención humana. El músico desaparece dentro de su música, y la música es todo lo que queda.

La 'Part 8' es el tema destacado del álbum: tranquilidad y silencio, copos de nieve cayendo a cámara lenta y esquivas luces bailando en la oscuridad. The sound of snow es una gema de belleza helada, dura como el invierno del que surge. Para cuando hemos llegado a la 'Part 10', la seguridad del hogar está demasiado lejos. El tema se desvanece poco a poco, se desvanece el álbum, se desvanece el sonido de la nieve, si es que hubo alguno.