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Oxymore

Oxymore
2022
  1. Agora
  2. Oxymore
  3. Neon Lips
  4. Sonic Land
  5. Animal Genesis
  6. Synthy Sisters
  7. Sex in the Machine
  8. Zeitgeist
  9. Crystal Garden
  10. Brutalism
  11. Epica

La música concreta es un estilo musical en el que cada sonido, manipulado y descontextualizado, es fijado sobre un soporte (cinta magnética, casette o soporte digital). De esta forma, en la música concreta el sonido en sí mismo es la base de la composición y es tan importante como la melodía o el ritmo.

Pierre Henry (1927-2017) es considerado, junto a Pierre Schaeffer, el creador de esta música concreta y uno de los pioneros de la música electroacústica. Ambos fundaron el Groupe de Recherche de Musique Concrète (GRMC) en París en 1951. Y junto a ellos estudió Jean-Michel Jarre durante su paso por el Groupe de Recherches Musicales (GRM) en 1968.

No es de extrañar por tanto que entre las colaboraciones previstas para el álbum Electrónica (2015) estuviese una entre Jarre y Henry, que finalmente no se llevó a cabo. Tras el fallecimiento del segundo en 2017, su viuda proporcionó a Jarre multitud de sonidos originales que habían sido grabado para aquella colaboración y que se han convertido en la base de Oxymore (2022), el vigésimo segundo álbum del francés.

Pero Oxymore no es música concreta ni experimental, por mucho que los fans del Jarre más clásico no encuentren aquí las inspiradas melodías que lo hicieron tan popular. Los samples manipulados están ahí, pero con ellos Jarre mezcla secuencias y bases rítmicas formando un collage de ruidos, ritmos y esbozos melódicos apabullante, excesivo, que te golpea sin tregua y no da un minuto de reposo. Tampoco es techno desvaído, otra crítica recurrente que ha recibido tras su salida al mercado. Oxymore es perfectamente reconocible como álbum de Jarre si entendemos que lo que hace de éste un músico sui generis es su capacidad para reinventarse, para mutar de un disco al siguiente: no olvidemos que su trabajo previo, Amazonia (2021), es un disco de puro ambient. Y Oxymore es brutalmente festivo.

A pesar de lo que pueda pensarse por su título, Oxymore está mucho más emparentado con Zoolook (1984) que con Oxygene (1976). Las texturas nunca son cristalinas, sino que todo el álbum tiene una pátina de ‘suciedad’, de contaminación urbana. Los ritmos son secos y las secuencias cortantes y alocadas, como en 'Neon Lips'. Hay momentos cyberpunk ('Sonic land'), primitivos ('Animal genesis') o industriales ('Brutalism'). Y no falta el enésimo acercamiento a los ritmos bailables ('Epica'). Si Zoolook era la ‘ópera de todas la voces del mundo’, Oxymore es una criatura salida de un mundo artificial, contradictorio y vertiginoso.

Que a sus 74 años Jean Michel Jarre siga en activo y produciendo música de este nivel es algo que pocos esperábamos. Pero que además esté experimentando con nuevas tecnologías y recursos para acompañar y difundir su música es todavía más inesperado. Oxymore ha sido concebido desde el primer momento para ser grabado en sonido binaural (está disponible también en estéreo, 5.1 y Dolby Atmos), buscando más una experiencia inmersiva que una escucha pasiva tradicional. Con este mismo objetivo se ha lanzado Oxyville: un mundo de realidad virtual en el que se presentó el álbum con un concierto en VR, un formato por el que Jarre parece apostar, ya que lo utilizado en dos ocasiones anteriores: en el evento Welcome to the other side. Concert from Virtual Notre Dame (2021), en el que su música se enmarcaba en una recreación virtual de la destruida catedral parisina, o Alone together (2020), otro concierto también en un entorno de VR durante la pandemia.

Los resultados de estos experimentos con la realidad virtual pueden ser más o menos discutibles; quizá estén faltos de imaginación por limitarse a trasladar las experiencias del mundo real a un entorno virtual, que por definición permite infinitas posibilidades distintas. Pero no le quitan ni un ápice de mérito: cuando otros artistas de su generación se han abocado a vivir de rentas pasadas, Jarre sigue buscando nuevos caminos tecnológicos y musicales, arriesgando y sorprendiendo. En el caso de Oxymore, positivamente.

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